Trastorno del aprendizaje no verbal: Habilidades Sociales.

Además de funciones como la coordinación motora o las habilidades visoe spaciales, el aprendizaje de habilidades sociales es otra de las esferas que se incluyen dentro delos trastornos del aprendizaje no verbal.

Por habilidades sociales se incluyen todas aquellas características, comportamientos y actitudes que nos permiten desenvolvernos de forma adecuada en situaciones en las que se hace necesario interactuar con otros seres humanos. Como puede intuirse, es una función fundamental para un buen desarrollo personal, ya que la práctica totalidad de nuestra vida se va a llevar a cabo en relación con otras personas. Así, nuestros hijos practican habilidades sociales cuando en su grupo deciden jugar a un determinado juego, cuando respetan la normas de clase de levantar la mano antes de hablar, cuando piden algo “por favor”, etc. Pero también los adultos utilizamos de forma constante las habilidades sociales: cuando un comercial intenta vender un producto, cuando queremos hacer alguna reclamación, cuando decidimos comunicar un problema laboral a nuestro jefe, etc.

A diferencia de otras habilidades necesarias para una buena adaptación a la sociedad ( lectura, razonamiento matemático, etc), este es un tipo de aprendizaje que se va adquiriendo de forma natural en función del entorno donde vive el niño, mediante la obervación e imitación del comportamiento de los adultos, así como de las pautas educativas que se le van aportando. Aunque pueda parecer que desarrollar habilidades sociales es muy fácil, lo cierto es que la comprensión de las normas sociales y cómo defendernos en ella requieren de un conjunto de funciones muy complejas que a menudo resulta difícil definirlas.

La capacidad para intuir los motivos y aspiraciones de las personas con quienes actuamos, ser capaces de detectar el tipo de situación de vivimos y actuar de forma coherente a ella ( por ejemplo, el lenguaje que usamos no puede ser el mismo para explicar nuestro trabajo ante nuestros amigos que ante una conferencia) o saber como expresar nuestros puntos de vista y deseos, son aspectos fundamentales, de alta complejidad pero imprescindibles para una buena adaptación social. Todo esto implica, dar respuestas concretas tales como, elección del vocabulario, imagen personal, tono de voz, gesticulación, etc. Estas respuestas además han de coordinarse de forma coherente. De todas maneras, en la mayoria de los casos, todo este conocimiento se adquiere correctamente porque de alguna forma la especie humana esta “preparada” para vivir en sociedad y porque las pautas educativas aportadas son las correctas.

No obstante, sucede a veces, que a pesar de que el contexto donde crezca el menor sea adecuado, este presenta algunos comportamientos que pueden resultar ineficaces en la relación con otras personas. Cuando se dan estas circunstancias puede suceder de que el niño llegue a conocer cómo ha de comportarse pero muestre dificultades a la hora de analizar las características concretas de la situación que está vivivendo. Esto es, no ha aprendido a detectar las señales del entorno que le van a indicar cuáles son las conductas más adecuadas en cada ocasión. Por lo tanto, es fácil que se equivoque a la hora de elegir el comportamiento adecuado.

Al igual que en otros trastornos del aprendizaje no verbal, conviene resaltar que esto se da en ausencia de patología física/sensorial u otros trastornos como puede ser el retraso mental, o trastornos del espectro autista ( especialmente el antes conocido como síndrome de Asperger) que expliquen de forma más adecuada los síntomas observados. También es muy importante en estos casos concretos descartar que se deban a pautas educativas inadecuadas. Una buena valoración profesional podrá ayudar a definir el origen del déficit y por tanto proponer un tratamiento adecuado a las necesidades del menor.

Como siempre, hay algunos comportamientos o situaciones que podemos observar desde casa y que nos hagan sospechar que nuestro hijo pueda necesitar ayuda:

  • Habla muy alto en situaciones en las que sabe que no es correcto ( clase, reunión, iglesia, etc), parece no darse cuenta.

  • Al hablar de cosas que le gusta, los gestos que acompañan al discurso son muy exagerados o se muestra muy quieto.

  • A veces le puede costar entender las chistes o “segundos sentidos2 de lo que se le dice.

  • Ante una discusión con sus amigos no logra defenderse y reacciona con comportamientos como el llanto, acudir a personas mayores para que lo solucionen o de forma agresiva ( insultando o agrediendo a otros).

  • Tiende a establecer amistad con niños algo mayores o algo menores a ellos mismos.

  • Cuando discute “impone” su punto de vista mediante amenazas o chantajes, unque estos resulten ineficaces.

  • También puede pasar todo lo contrario, ante una discusión con sus iguales se queda callado, no se defiende.

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