Seis formas de abandonar las preocupaciones excesivas - o rumiaciones.

El hábito de preocuparse excesivamente (o rumiar) es algo muy común entre las personas con problemas de ansiedad o depresión y es una conducta que desgasta enormemente su energía, contribuyendo a incrementar el malestar emocional. Las rumiaciones son como un disco rayado que repite una y otra vez las mismas canciones sin parar, recordando errores pasados y situaciones desagradables o anticipando peligros futuros o hipotéticos. Estos pensamientos suelen girar alrededor de situaciones cotidianas como el trabajo o las relaciones sociales. A pesar de que con frecuencia las personas con rumiaciones creen que preocuparse les ayuda a ver las cosas con una mayor claridad, a anticipar dificultades y prepararlas para lo peor, o para encontrar soluciones, lo cierto es que en la mayoría de las ocasiones sólo dificulta el afrontamiento efectivo de los problemas e incrementa los pensamientos negativos acerca de lo que les ocurre.

Por otro lado, quienes se preocupan excesivamente también encuentran extremadamente difícil parar sus pensamientos aunque lo intenten. A continuación se describen seis formas efectivas para afrontar y atajar las rumiaciones, si bien hay muchas más posibilidades y la manera más efectiva de conseguir reducir las preocupaciones excesivas dependerá de cada caso en concreto.

6 formas para frenar las rumiaciones.

1) Toma conciencia de que estás rumiando y date cuenta de que esto es ineficaz, preocuparte no te sirve para nada.

2) Piensa en la situación o problema una vez más y planea qué acciones concretas puedes hacer para afrontarla (si esto es verdaderamente posible).

3) Distráete. Busca algo estimulante para hacer y que requiera de tu atención, o practica un ejercicio de respiración diafragmática y concéntrate en ella en lugar de en tus pensamientos.

4) Encuentra algo divertido acerca de la situación: el humor puede ayudarte a verlo desde un ángulo diferente y facilitarte encontrar soluciones. Contempla lo que te ha ocurrido como una oportunidad de aprendizaje. Esto puede ayudarte a afrontar esa situación de forma constructiva. Finalmente, intenta ver la situación desde fuera, como si fuera una película.

5) Piensa sobre lo que le dirías a una persona que se enfrentara a esa misma situación. Haz como harías con un amigo: perdónate a ti mismo si hiciste algo mal.

6) Acepta tu situación. El dolor y el sufrimiento se vuelven peores dependiendo de lo que pienses acerca de ello. Solemos entristecernos triste por el hecho de estar tristes, enfadarnos con nosotros mismos por estar enfadados. Acepta tu estado actual tal como es. Intenta dejar de desear que las cosas fueran diferentes a cómo son.

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