Depresión y Neurofeedback

Los estudios de neuroimagen han mostrado que el cerebro de las personas deprimidas tiene una actividad desequilibrada en las zonas frontales y temporales del cerebro. Estas regiones son clave para la regulación de las emociones, la iniciativa y la motivación, aspectos que suelen estar alterados en este trastorno. Neurofeedback es capaz de corregir y normalizar la actividad en estas áreas, mostrándose muy útil y potente en el alivio de la depresión y produciendo cambios duraderos.

En los estudios de QEEG (electroencefalografía cuantitativa) de las personas con depresión solemos encontrar un aumento de las ondas alfa en las zonas frontales o una asimetría en esta área, con un mayor amplitud de las ondas alfa en la región frontal izquierda respecto a la derecha. Este patrón lo podemos ver en las siguientes imágenes, que proceden de mapas cerebrales de dos personas diferentes.

QEEG_depression2 QEEG_depression1

El mapa de la izquierda pertenece a una persona que tiene una larga historia de depresión. La imagen muestra cómo el área frontal izquierda (de color naranja y amarillo) tiene un exceso de actividad de las ondas alfa. Este aumento se ha asociado con una vulnerabilidad a padecer depresión. Por el contrario, el mapa cerebral de la derecha muestra una actividad relativamente normal: no hay ningún exceso o déficit grave.

El área frontal izquierda del cerebro está asociada a las emociones positivas, la motivación y el deseo de participar con otras personas; mientras que el área frontal derecha del cerebro se asocia a la depresión, el miedo y la tendencia a evitar a los demás. Por esto, cuando área frontal izquierda se enlentece y el área frontal derecha se vuelve dominante, como en la depresión, la persona experimenta ánimo deprimido, y empieza a retirarse de otras personas e inquietarse. Esta asimetría de la actividad cerebral puede deberse a la herencia genética (antecedentes familiares), o a una lesión leve en la cabeza en el área frontal izquierda, que originó el enlentecimiento de esa zona.

El tratamiento con Neurofeedback empieza con la realización de un mapa de la actividad eléctrica cerebral para poder determinar los patrones de actividad que están causando la depresión. Con este mapa podemos desarrollar protocolos individualizados de Neurofeedback para la persona. De forma no invasiva enseñamos a la persona cómo puede cambiar, de forma natural, la actividad de su cerebro corrigiendo las anomalías descritas anteriormente. Se consigue así unos resultados muy satisfactorios en la mayoría de personas, incluso en los casos más complicados y resistentes.

Las investigaciones han mostrado que los antidepresivos no corrigen el patrón de ondas cerebrales que hemos podido ver anteriormente. Los antidepresivos parecen dejar intacta la predisposición biológica para deprimirse cuando las circunstancias desagradables reaparecen en la vida de la persona. También hay nuevas pruebas que señalan que los medicamentos antidepresivos tienen poca ventaja sobre los placebos: sólo tienen un 18% mayor de promedio (Antonuccio, Danton, DeNelsky, Greenberg, y Gordon, 1999; Kirsch, Scoboria, y Moore, 2002; Kirsch y Sapirstein, 1998).

El tratamiento con Neurofeedback para la depresión (Baehr, Rosenfeld, y Baehr 1997, 2001; Hammond, 2000, 2004) es muy prometedor. Además del alivio de la depresión, Neurofeedback modifica la predisposición biológica subyacente a deprimirse. De esta forma produce un cambio duradero y profundo, sin necesitar que las personas tenga que tomar medicación de forma indefinida.

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