Dislexia y otras dificultades en la lectura: qué son y qué podemos hacer

Leer es uno de los grandes retos a los que se enfrentan nuestros pequeños cuando comienzan su escolarización. Si nos paramos a pensar, esta tarea supone un nivel de complejidad enorme. Hay que mantener la atención durante un tiempo más o menos largo, supone reconocer símbolos y asociarlos a sonidos (fonemas), luego conocer las reglas mediante la cual se van uniendo para formar sílabas, posteriormente dotar de significado a un conjunto de sílabas (palabras) y por último comprender el mensaje escrito.

Si bien es cierto que esto se da en un cerebro con una alta plasticidad junto a unas estrategias educativas bien asentadas, sucede que a veces que el aprendizaje de la lectura puede hacerse un poco cuesta arriba. Se hace necesario entonces emplear una metodología diferente o trabajar con el niño para ayudarle en esta labor.

Afortunadamente, existen estrategias alternativas para afrontar estas dificultades. Es muy común que sean los aspectos más elementales de la lectura (reconocimiento de letras, asociación letra-fonema, unión de fonemas, etc), los que más trabajo cuesten y por tanto interfieran en los siguientes pasos. Debido al papel que la lectura tiene en nuestra sociedad, la detección precoz e intervención temprana de los aspectos más básicos de la lectura son de gran importancia.

Existen algunos aspectos que pueden hacernos sospechar que un niño presenta algún tipo de dificultad en la lectura:

- El aprendizaje de la lectura es más lento respecto a sus compañeros de colegio, sin que otras circunstancias puedan explicarlo mejor (problemas de visión o audición, retraso mental, trastorno por déficit de atención, etc).
- Previamente ha mostrado dificultad en el aprendizaje de algunos aspectos del lenguaje (desarrollo lento del habla, dificultades en la pronunciación) u otros aprendizajes no verbales (abotonarse, subir/bajar cremalleras).
- Le cuesta asociar letras con el sonido (fonema) que representan, sobre todo en letras que son parecidas (p, d, b), (m, n) (s, z) (j, i).
- Escribe letras y números de forma invertida.
- Mala caligrafía.
- Tiene especial dificultad en aprender la lectura correcta de sílaba del tipo consonante-consonante- vocal o consonante-vocal- consonante (bra, bre, bri, cla, cle , bar, car….).
- Al escribir puede cambiar el orden de las letras, o bien añadirlas u omitirlas.
- Tras leer no ha comprendido bien el texto, si bien cuando se lo leen lo comprende bien.
- A menudo “se pierde” de reglón al leer, o se salta palabras.
- Se muestra nervioso cuando tiene que hacer las tareas.
- Evita las situaciones en las que debe leer o pide a otras personas que lean por él.
- Tiene una actitud negativa hacia la escuela y sobre todo a la lectura.

A pesar de esto, hay estrategias que podemos seguir para superar estas dificultades:

- Muéstrales las diferencias entre las letras que confunde. Un ejercicio entretenido puede ser realizar letras con plastilina o barro.
- Para aumentar la conciencia de cómo suenan las diferentes letras, puedes mostrarle un conjunto de palabras que sólo se diferencian en una letra y recalcar la diferencia entre éstas.
- Hacer recortes de sílabas y animarle a que forme palabras con ellas.
- Exponerle un texto en el que abunden los fallos que comete y animarlo a que los encuentre.
- Ponte en contacto con profesionales que puedan evaluar cuál es el problema que presenta el niño y que sepa establecer un buen programa de tratamiento.

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